Generalmente la responsabilidad y el
trabajo de seleccionar un nuevo ERP recaen en personas de la misma empresa
usuaria.
Estas personas, buenos profesionales en
sus respectivas funciones, se enfrentan a un reto que, seguramente, no han
conocido antes ni conocerán después.
No tienen experiencia previa y ello les
lleva a decidir por mimetismo (“Mal de muchos...”), por precio, por criterios
emocionales (confianza en el proveedor, prestigio de la marca del ERP,
compromisos previos, etc.) o declinan la responsabilidad en la empresa
proveedora que presenta la propuesta. Esta situación se presenta con mayor
frecuencia en las empresas del Mid-Market y en las pequeñas organizaciones que
no disponen de Departamento de IT y/o no pueden acceder a los costosos servicios
de una compañía consultora.
Este documento trata de ofrecer algunas
sugerencias, fruto de la experiencia en el campo de la informatización de
empresas y en el mercado de los ERPs. Vaya por delante la admiración y respecto
para las personas de las empresas usuarias que, de forma ocasional y sin
preparación ni experiencia previas, asumen la responsabilidad de este tipo de
proyectos.
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